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Un Blog de Edwin "El Bachi" Velásquez - Leal al Comandante Chávez y a Nicolás Maduro por el Socialismo Bolivariano - Delegado del Partido Socialista Unido de Venezuela - Comisionado Estadal de Formación Política de la JPSUV (D.C) - Premio Municipal al Liderazgo y Activismo Juvenil Livia Gouverneur 2012 y 2013 Mención Honorífica Mejor Liderazgo Juvenil - Vivir y Vencer Camaradas - ¡Viva Chávez! ¡Viva la Revolución!

31 de diciembre de 2009

Mi carta de fin de año

Caracas, 31 de Diciembre de 2009

A mis camaradas, hermanos y hermanas de lucha:

Aún huele a azufre…

Hoy siento la necesidad de escribir ésta carta y dedicárselas a quienes han sido mis amigos y amigas, mis hermanos y hermanas, mis ejemplos, mis compañeros y compañeras de lucha a quiénes aprecio y amo, en fin, a todo aquel o aquella que se sienta parte de ésta revolución, de la verdadera izquierda, de los socialistas.

Hemos nacido en el tiempo perfecto no solo para haber visto todo cuanto ha acontecido sino para ser participes y constructores de ésta Revolución que tanto me llena y que me motiva a dirigirles mis palabras de afecto en momentos donde hemos enarbolado las banderas del Socialismo ante el mundo, enfrentado a un imperio poderoso, sádico y perverso que en éste 2010 se las va a jugar todas para derrocarnos, eso no podemos permitirlo, debemos prepararnos aún más y entender que cualquier cosa puede pasar, nuestro Comandante nos pide que tengamos nervios de acero, y nosotros cuando menos debemos analizarnos, estudiarnos y sincerarnos: ¿A dónde estamos dispuestos a llegar por ésta Revolución?; ¿Cuán dispuestos estamos a entregar nuestra vida por ella?

Un día le dijo el Che a su tropa: “Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres; los que no pueden alcanzar ninguno de estos dos estadios deben decirlo y dejar la lucha”, y yo considero que cada quién debe dar la lucha hasta dónde sepa que puede darla, y si no puede, más vale retirarse temprano pero con la frente en alto.

Lamento profundamente que la oligarquía colombiana, hija de Santander, haya entregado su territorio al antojo de los Estados Unidos de Norteamérica, lamento que Colombia esté contribuyendo a la desestabilización del proceso revolucionario enviando a sus fuerzas paramilitares, mercenarios y sicarios, para cultivarle pánico a nuestro pueblo; lamento la instalación exagerada de Bases Militares estadounidenses y la profunda calma del ejército que pareciera arrodillarse a los pies de los gringos, eso es inaceptable.

Lamento profundamente que Honduras esté sometida a la más cruel represión por voluntad del imperio y de la oligarquía apátrida de aquel país centroamericano. El pueblo sigue resistiendo y nosotros conminándolo a que resista mucho más pero también a que luchen por lograr la restitución de la libertad.

Lamento profundamente que Barack Obama haya sido una mentira más para su pueblo y que gran parte del mundo haya fundado sus esperanzas por el color de su piel, que ingenuidad tamaña. Si creíamos que lo habíamos visto todo, estamos más que equivocados. El gran “Premio Nobel de la Paz” me ha llevado incluso a pensar si es que hoy la palabra “PAZ” es un antónimo de su propio sinónimo, no lo sé, pero allí van más de 30 mil soldados a Afganistán, la continuación de la Guerra en Irak, la instalación de 7 bases militares más en Colombia, la permanencia de la Base de Guantánamo en Cuba, la patada a la mesa a la Cumbre de Copenhague y al Protocolo de Kioto, el apoyo y participación en el Golpe de Estado en Honduras; entre otras muchas otras cosas que definen claramente hacia dónde va este mundo los próximos años; lamento su cinismo en cada alocución, cada frase que le deja a la historia nos promete un mundo de guerras, es por ello que les exhorto a leer o a escuchar con atención su discurso ante los estudiantes de la Universidad de El Cairo y el que dio tras recibir el Premio Nobel de la Paz para que se den cuenta que éste hombre es más oscuro de lo que pensamos y que mientras siga en el poder el mundo estará en guerra.

He escrito mucho en los últimos días, para escribir solo hay que tener algo que decir, y armando un material en donde me refiero a nuestra Revolución Bolivariana y Socialista, cómo se ha extendido a Latinoamérica y cuál ha sido el papel de los Estados Unidos, todo ha de concluir que definitivamente y como ustedes ya lo saben estamos en tiempos de guerra, el imperio no nos la ha declarado oficialmente pero sabemos que existe, está vigente, es clara pero silenciosa, y por ello la he llamado “La Guerra Tácita”, atrás quedó la “Guerra Fría” y atrás el mundo bipolar, hoy no está “fría”, está más que caliente, cualquiera puede verla pero el enemigo calla, está implícita, sobreentendida, se esconde entre los discursos de supuesta “paz”, entre comentarios de una supuesta “comunidad internacional”.

Comparto con ustedes algunas líneas:

Lo que ha pasado con Zelaya no puede volver a repetirse, ya soportamos los embates de la “Operación Cóndor” que significó el ejecútese de un terrible plan de combate contra todo lo que representase al marxismo en nuestro continente; no queremos más guerras, ya nos bastó con la cruenta invasión a Panamá y con los 12 años de guerra civil en El Salvador, no queremos más gobiernos dictatoriales y por ello debemos estar dispuestos a la batalla, ya nos bastó con 40 años de falsa democracia en Venezuela, con los 50 años de dictaduras entreguistas en Cuba, con 35 años de terror y persecución en Paraguay, con los 32 años de dictadura militar en Guatemala, con más de 40 años de gobierno de los Somoza en Bolivia, con 17 años de aguda oscuridad en Chile, con los 21 años de dictadura militar en Brasil, con las continuas dictaduras en Argentina y con todos los regímenes autoritarios que se implementaron entre mediados y finales del siglo XX en el resto del continente, todos avalados, financiados y ejecutados por los Estados Unidos en el marco de la “Guerra Fría” y en la figura de la “Operación Cóndor”, “Operación Colombo” y todas aquellas perversiones que dejaron como resultado el genocidio más cruel y terrible del Cono Sur.
Camaradas, nos hemos enfrentado contra la historia de los Estados Unidos y cuando digo esto hablo de sus pretensiones imperiales que han perdurado durante dos largos siglos, es decir, desde la Doctrina Monroe y su “América para los americanos” en 1823; pasando por el Corolario Roosselvelt en 1904 y su intención de adentrarse en Latinoamérica para expandir sus intereses comerciales y e intervenir en nuestros países cuando dichos intereses se vieran amenazados, desde allí se da el fenómeno del neocolonialismo; años después se implementaba el Plan Marshall en 1947, que supuestamente buscaba la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial pero que también traía consigo la lucha contra el comunismo; la famosa “Operación Cóndor” que se implementó para la desaparición de los revolucionarios y de todo aquel que promoviera el comunismo en el Cono Sur desde 1970; la imposición del “Consenso de Washington” en 1989, que bajo el pretexto de impulsar el desarrollo económico de los países de la región con propuestas que supuestamente pretendía hacerle frente al problema del subdesarrollo, solo buscaba afianzar el modelo capitalista que beneficiaría al capital extranjero y a las figuras de monopolización y privatización como salvación de la economía de las naciones latinoamericanas, dejando de lado la equidad, los principios de competitividad de mercado y salvaguardando los intereses transnacionales; también surgió el ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) que pretendía arruinar a nuestras economías con políticas económicas neoliberales, poniéndonos a competir, a nivel de mercado, en igualdad de condiciones, eliminando los aranceles y las trabas aduaneras, es decir, constituía la libertad de los grandes grupos económicos para ahogar a la pequeña y mediana empresa y adueñarse de nuestras economías. Lo que hemos logrado al desmontar los planes imperiales no es poca cosa.

Debemos seguir promoviendo la unidad popular, la organización de nuestras bases, con martillo en mano debemos intensificar y replantear la lucha, a donde vayamos debemos aclarar que ésta es una lucha de clases, debemos fomentar e impulsar con mucha más fuerza la lucha campesina, pesquera, estudiantil y obrera; debemos generar nuevas fórmulas para que nuestro pueblo entienda como sujeto histórico cuál debe ser su papel ante la historia, debemos provocar acciones que contribuyan a la profundización de la Revolución Bolivariana, acabar con el actual Estado Burgués, con los actuales mecanismos y métodos de producción, luchar contra el burocratismo, la corrupción, la ineficiencia, la irresponsabilidad de los medios de comunicación, los embates de la derecha, y lo más importante, contra nuestros propios vicios.

Ciertamente estamos lejos del socialismo, pero nuestro pensamiento no puede estar lejos de él, debemos procurar ser socialistas y en eso se nos debe ir la cotidianidad, ser ejemplos para los pocos o muchos que nos conocen, para los que conversan con nosotros, para los que esperan alguna respuesta, para aquellos o aquellas que de alguna u otra manera mantienen sus esperanzas puestas en esto, o para los que simplemente mantienen una relación de afecto, de respeto e incluso, el reto es mayor cuando también, por nuestro ejemplo, forjamos el respeto en nuestros enemigos.

A los jóvenes nos toca revertir toda ésta situación de crisis, estamos pasando por la peor crisis ecológica, financiera y hasta social (cuando hablo de social me refiero a la moral y a la ética, lo que conlleva a una crisis cultural) a nivel mundial, el tiempo se nos acorta y como seres humanos hemos entrado en la lista de los especies en peligro de extinción, nos mata el cáncer, el sida y hasta la gripe A, pero también nos mata el capitalismo de la peor manera después de un proceso de esclavitud en el que ni siquiera la gente se da cuenta: nos mata de hambre.

Nuestro Comandante nos necesita unidos, el próximo año debemos continuar con el Congreso Extraordinario del PSUV, allí hay una lucha importante que dar contra los reformistas y la derecha endógena, debe salir los estatutos que definirán el rumbo de nuestra organización y por ende de nuestra nación, no está de más prepararnos para la convocatoria más importante que se haya hecho desde nuestro país: La Quinta Internacional Socialista, lo cual nos debe llenar de orgullo porque nuestro país ha levantado el Martillo y la Oz de los trabajadores del mundo, desde aquí retumban los pensamientos de Marx, de Engels, Lenin, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, Salvador Allende, el Che y otros tantos que lucharon por un “Nuevo Orden Mundial” y no lo alcanzaron, definitivamente es el tiempo para lograrlo, es nuestra responsabilidad.

Por último solo quiero darles las gracias, porque cada uno de ustedes han sido vitales, su amistad, mucha o poca, grande o pequeña, me ha dado satisfacción por saber que somos muchos los que nos hemos alistado como soldados de la revolución desde los distintos espacios donde, con nuestras fallas y virtudes, nos ha correspondido luchar, hemos reído y llorado, hemos perdido gente valiosa y aprovecho para recordar a un hermano que se nos fue a principios de año, no los mataron en un punto rojo mientras batallaba en la campaña electoral por la enmienda constitucional, Junior, quienes te conocimos sabemos lo valioso que fuiste, siempre alegre, siempre preocupado y entregado a la lucha, quién lo diría, pero hoy le debemos la lucha a tus hijos, y a los hijos de todo aquel o aquella que se nos fue creyendo en esta Revolución.

En nosotros, créanlo o no, a riesgo de parecer idealista, está la salvación del mundo. Estemos seguros que se nos vienen tiempos difíciles, yo por mi parte solo espero que nuestro pueblo siga estando a la altura de las dificultades y se vista de patria ante cualquier arremetida.

Les amo profundamente y gracias camaradas…

¡¡¡FELIZ BICENTENARIO!!!

PATRIA SOCIALISTA o muerte…
¡¡¡VENCEREMOS!!!

Atte:
Edwin A. Velásquez Z
L´Bachi
edwin.bachi.velasquez@gmail.com

21 de diciembre de 2009

Sobre la Venezolanidad

Fernando J. E. Martínez R.
Puerto Ordaz, 21 de diciembre de 2009


¿Qué es ser venezolano? Personalmente creo que todos los habitantes de esta tierra denominada Venezuela debemos abocarnos al problema cultural. Concienciarnos que la gran polémica de lo que puede ocurrir en América Latina en los próximos años, en distintos órdenes, está relacionada con la idiosincrasia del cambio revolucionario (no hay otro cambio posible) en Venezuela. Estoy convencido que, para conceptualizar el cambio, no pueden haber distintas áreas o zonas de influencia separadas con gente trabajando para desarrollar una eficiencia máxima sin tomar en cuenta que todas las aristas de la revolución deben conducir a un fin último: la suprema felicidad de los pueblos. Y es que este ha sido el problema, sin ánimos de desprestigiar al Libertador Simón Bolívar. El sistema de gobierno perfecto no podemos divinizarlo cada vez más. Este es el nudo de la cuestión a medida que pasan los tiempos. La felicidad es un estado anímico que, hasta individualmente, es imposible alcanzarlo: los gobiernos efectivos y pragmáticos en el mundo lo han entendido así. La felicidad y la perfección se vuelven aún más discursivas y partidistas desde la perspectiva de los mundos subdesarrollados. Sencillamente hay que, de acuerdo con las necesidades y procesos históricos del momento, cumplir las exigencias y el mandato que el pueblo exige.

¿Y este embrollo filosófico? ¿Para qué? Justamente el pragmatismo que explico se refiere a que los pueblos, a través del socialismo, se gobiernen a sí mismo por un Estado comunal, el fin último de la propuesta del s. XXI. Ahora bien, ¿cuáles son las exigencias o metas de aquellos pueblos que se gobiernan a sí mismos? Es que el “gobernarnos a nosotros mismos” no garantiza la suprema felicidad de los pueblos. No hay garantías de que, en la teoría y práctica del socialismo latinoamericano, triunfe la revolución. Pero hay la seguridad de que es la única vía para lograr un desarrollo sustentable. Entonces, el problema está en la vía. El pueblo venezolano lo experimentó otras dos veces. Cuando nos libramos de los españoles, ahora le tocaba a los venezolanos decidir… terminaron siendo los criollos terratenientes, la oligarquía. Cuando Gómez murió, le tocó a los profesionales de la Universidad Central de Venezuela; una cara civil y democrática para el país… vendieron a la nación. ¿Y ahora? ¿Quiénes van a gobernar?

1. ¿Los chavistas neo-oligarcas?
2. ¿Una nueva clase partidista minoritaria que nacerá de las bases?
3. ¿El Estado comunal nacido de la participación de la mayoría de los venezolanos?

La última opción es el fin último de la revolución bolivariana socialista. Pero muchos opinan que terminará siendo alguna de las dos primeras. Y en tal caso que terminara siendo la tercera opción, replanteo: ¿es garantía de un socialismo viable y sustentable para el país y el continente? Todo este parapeto para concluir que las tres opciones están minadas de venezolanos. El problema es cultural. Algo tenemos que no está funcionando.

Mi intención en esta reflexión no es encausarnos en un pesimismo que le ponga barreras a la crítica, evaluaciones, progreso. No podemos tampoco situar a la pequeñísima historia de Venezuela en un largo río de fracasos y opresiones, imperialistas y libertadores, autócratas y demócratas. Porque todas estas concepciones se amasan en nuestra visión sobre la venezolanidad. Mientras haya un mar de gentes difuso, desigualísimo, distinto en tantas perspectivas, no puede existir una venezolanidad que se distinga entre las naciones del mundo. El libre pensamiento no es, tampoco, una garantía de encontrarnos con esa venezolanidad que tanto anhelamos. Yo puedo pensar que el país no sirve, no sirvió y nunca servirá; y ese pensamiento será una gota de harina más para que esa gran masa multiforme post- moderna de la venezolanidad sea aún más deforme. Tomando teoría de viejos mentalistas, nosotros somos lo que queramos pensar. El libre pensamiento es un valor que los teóricos de aquellas prostitutas democracias nos vendieron para hacer del sistema socio-político cada vez más una “nada”, un vacío desarrollista que nos haga diluir nuestra identidad frente a los modelos perfectos del “Primer mundo”. Efectivamente lo lograron. Opto por un pensamiento crítico, objetivo, moralista, humanista.

Más allá de las baratas propagandas de las Empresas Polar, ¿sabemos lo que es ser venezolanos? No me cabe la menor duda de que tiene que haber esquemas culturales que puedan definirnos de una manera algo menos vaga. Nuestra ubicación geográfica e histórica nos condenó a un debate cultural que puede llevarnos a concluir irreflexivamente que somos multiétnicos y pluriculturales, como nos define la Constitución Bolivariana. ¿Somos llaneros, andinos, amazónicos, caribeños, maracuchos, CARAQUEÑOS? Para los que vivimos en Caracas, la cuna y el centro de cualquier “cosa” venezolana, podemos visualizar que, más allá del caos, esa definición constitucional no nos diferencia de cualquier metrópoli a nivel mundial. Legaliza la variedad, pero no la define. Lo que sí es verdad es que existen aspectos de esta variedad que no permite la realización de un Socialismo bolivariano que trascienda la retórica de la revolución. Es necesario redefinir históricamente el socialismo, pero antes, la venezolanidad. Hay que reconstruir la venezolanidad. Poner en práctica un socialismo con dificultades teóricas en las masas no es garantía de mejorar la venezolanidad. El pueblo debe teorizar primero el problema cultural venezolano y trascender en sí mismos.

Es verdad también que no sólo debemos replantear una venezolanidad que pueda trascender el Socialismo bolivariano del s. XXI, sino una venezolanidad que pueda de una vez por todas salir del s. XX. He tenido la oportunidad de visitar varios rincones del mundo y he podido oler un aire de modernidad y globalización que los venezolanos no hemos podido asumir. No hay un ciudadano venezolano del s. XXI que pueda ser distinguido en el mundo post-moderno. Conocemos ciudadanos argentinos, brasileños, colombianos, mexicanos, franceses, chinos, egipcios. El 2000 mágico de la revolución embriagó a la venezolanidad y la dejó en un ciudad traumada por el neoliberalismo y el pesimismo gubernamental, añorando el campo que dejó a principios de s. XX. No tuvimos la habilidad de hacer una ciudad que disfrute de su multiculturalidad auténtica. Un día es la inseguridad, otro la inflación, otro la electricidad, otro la libertad de expresión, otro el tráfico, otro el paro cívico,… Algo tenemos que no está marchando bien y que hace al gobierno estar del “tingo al tango” sin poder controlar las exigencias que se viven a diario… No dejamos al gobierno transformar las estructuras. Tenemos que estar pendiente de algún bojote que se caiga por allí y agarrarnos de él hasta que surja otro, y ser incapaces de poder establecer una personalidad venezolana que pueda dejarse evaluar por unos parámetros mínimos de acuerdos sociales. Por eso es que Caracas sigue oliendo a mierda, por eso hay una oposición y medios de comunicación que huelen a mierda… y sin duda una burocracia venezolana (que nació hace 40, 30, 20, 10 años en este mismo país) que huele a mierda. Todo esto porque hay una venezolanidad, un común de las gentes que no ha reflexionado sobre los cambios histórico que vive el país y el papel protagónico que tiene Hugo Chávez en la escena internacional. Existe un ciudadano promedio que no lo sabe o le tiene sin cuidado, por estar pendiente de alguna “cabuya” o bojote (esté o no moral o legalmente permitido) que pueda facilitarle contingentemente su situación individual hasta que surja otra cosa en la escena nacional. No hay un ciudadano venezolano decente, no hay un empresario venezolano honesto, no hay un funcionario efectivo; y cuando digo “un…” hablo de una llaga que está en nosotros pero que no tenemos todos. Hay algo en la venezolanidad que no está marchando bien.

Nos definimos chéveres, solidarios, calurosos, entre los más felices del mundo. Y es que es este mismo estado de embriaguez común que no permite hacer una evaluación honesta de cuáles son los aspectos de la venezolanidad que están afectando la efectividad y el progreso de una nación bastante afortunada, tanto en recursos naturales como humanos. También, como comenté antes, aquel pensamiento fatalista y pesimista de la venezolanidad traído de las más antiguas familias ilustradas del país o de los hijos de inmigrantes malagradecidos. Pero uds. preguntarán, ¿hay algo que no está marchando bien en los venezolanos pero no hay que ser pesimistas? Y es que estamos cansados de escuchar que habrán fórmulas políticas que salvarán al país. Lo que salvará al país es una nueva fórmula cultural que redefina al venezolano sin desconocer sus raíces étnicas culturales. Repito, no esas raíces que nos metió en la cabeza la publicidad caracterizada por la presencia de los hijos de los inmigrantes europeos y el campesino y el pescador. Sino las verdaderas raíces, buenas y malas. Arrancar de raíz lo malo y enaltecer y mejorar lo bueno. Sonará a depuración de razas, pero es una cuestión netamente idiosincrática. Pronto redactaré un artículo sumario de las características buenas y malas de la venezolanidad. Así, los alemanes pueden tener vergüenza del Nazismo, los chinos pueden tener vergüenza del Maoísmo radical, los rusos pueden tener vergüenza del fracasado modelo socialista, los franceses pueden tener vergüenza de su revolución, los estadounidenses son los más desvergonzados (por eso tienen el lugar moralmente merecido en la historia del mundo)… pero lo que es seguro es que ellos entendieron, de forma traumática o no, que los procesos tienen una lógica interna histórica y cultural que los define a través de procesos de depuración moralmente juzgables. Los venezolanos estamos en el deber de plantear ese proceso de depuración para enaltecer una nueva venezolanidad que, más allá de lo Latinoamericano, tenga su lugar en el resto del mundo y sea vanguardia en los procesos de transformación globales al Socialismo, que puede que sea del s. XXII.
Fercho J.E

2 de diciembre de 2009

Mi llamado al Poder Popular

Guaca, 02 de octubre de 2009

Estoy saliendo hacia Caracas preocupado pero esperanzado en la consolidación del proceso revolucionario, tan solo tenemos cuatro (4) años hablando de socialismo y promoviendo la organización popular, y aún cuesta comprender que no es posible obligar a procesos como éste al apuro, durante el siglo pasado estuvimos sometidos a un sistema perverso que nos mantenía al margen del conocimiento, éste no podía ser accesible a todos ni a todas porque la ignorancia ha sido la única garantía que los burgueses han promovido para mantenerse en los espacios de gestión y poder.

Ya voy por Carúpano, y sigo viendo a un pueblo espectacular que goza de recursos naturales y humanos asombrosos, paisajes que Dios bendijo para que la gente fuese feliz, pero el ser humano es incomprensiblemente inconforme y quiere cambiarlo todo para su beneficio propio y pocas veces para el beneficio colectivo, toda esa actitud ha sido implementada por ese mismo sistema del cual he hablado desde el principio y hoy estamos buscando desplazarlo por la vía mas sana y también la mas difícil…

En un país como Venezuela, en el que la ubicación geográfica, los recursos naturales y minerales han sido motivo para la intromisión extranjera con la excusa de mejorar las relaciones comerciales, se aplica la ley del mas fuerte, la gente permite ofrecimientos disfrazados de beneficios, dejamos que el mounstro del capitalismo entre hasta nuestros huesos, es así como Estados Unidos se fue adueñando de las políticas petroleras, gasíferas y mineras, marginaron a nuestro sector campesino y pesquero y nos sometieron a una economía neoliberal basada únicamente en la renta petrolera, donde la mano invisible del mercado nos metió su dedo y se nos presentó en un maldito sueño, el sueño americano...

Nos acostumbraron a ver a "otros" como mas importantes que nosotros mismos, nos acostumbraron a escuchar al maestro, al patrón pero no como nuestros iguales, nos acostumbraron al individualismo, a la riqueza personal, a la explotación e incluso a verla como "buena", frases como las de "no le muerdas la mano a quien te da de comer" o incluso "la vida es así" son las que nos han condicionado a olvidar y a actuar en pro del empresario, del banquero, de la burguesía.

Nos cuesta organizar porque el pueblo nunca tuvo ese privilegio, nos cuesta planificar porque al pueblo nunca se le preparó para ello, nos cuesta gobernar porque siempre estuvimos en la clandestinidad o cuanto más real, en la ignorancia; nos cuesta la lucha pacífica porque nuestra revolución fue pensada en fusil y metralla, nos cuesta un mundo porque nos sumergieron en lo más hondo de la perversión de un sistema.

El Poder Popular es algo que no todos comprenden, la gente piensa en organizarse para acomodar las fachadas de sus casas, para arreglar los ascensores de los edificios, para cerrar las terrazas, para frisar y un sin fin de cosas más que son imbeciladas que solo promueven una vida más burguesa y no la atención social y la imposición de las comunidades por sobre los alcaldes y gobernadores, por sobre el poder constituyente.

Nos jodieron la mente para olvidar la historia, para no contar con el recurso de los errores del pasado y el pueblo no se da cuenta de que las cuentas no fallan, que la solución está en utilizar el poder que nos corresponde para solucionarnos la vida, esta misma vida que no son paredes ni ascensores, porque la vida es mucho más que infraestructura y tecnología, la vida es educar y ser educados, es prepararse política e ideológicamente, la vida es el cuido de la salud, es el incentivo de las artes y el deporte, es la promoción de la cultura, es una revolución constante; el Poder Popular, nuestro poder como pueblo es la garantía de que nuestras decisiones no dependan de unos pocos, de terminar con el burocratismo, en pocas palabras, la imposición de nuestro poder sería el fin de las promesas incumplidas, el fin de las burlas de los malos gobernantes, el fin de las humillaciones hacia nosotros, el fin del estado burgués.

L'Bachi

R-Combatientes de CMSKPA