Venezuela es un país que se propuso romper los viejos paradigmas establecidos por el sistema capitalista y el imperialismo norteamericano, quienes se abrogaron a la tarea de sumergirnos y subyugarnos a la explotación, el consumo desmedido, la enajenación, la producción descontrolada de mercancías, la alienación, la represión y el letargo, entre otros males.
Nuestro país fijó una posición verdaderamente valiente y revolucionaria ante el mundo para salir del atraso y la miseria emprendiendo el camino hacia el Socialismo, un camino difícil que se plantea políticas para derrumbar el sistema capitalista neoliberal e imponer una nueva práctica social, una nueva dinámica económica, política y cultural que finiquite en nuevos modelos de producción social que extingan para siempre la concepción burguesa del trabajo en base a explotados y explotadores y permita generar una sociedad con igualdad de condiciones pero basada en la desigualdad de sus ciudadanos y de la población en general, tomando como máxima premisa: “a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus capacidades”, y partiendo de ello todo el sistema se ve obligado a parir un nuevo modelo de desarrollo, es decir, si cambian las condiciones de vida del ser humano y los modos de producción y consumo, llevan inmediatamente al cambio de las relaciones sociales y cambiaría entonces el modo de pensar y ver las cosas, cambia la percepción de mundo, las actuaciones y se genera la conciencia.
Ciertamente hemos logrado poner al servicio del pueblo algunas muy buenas obras que forman parte de la construcción “de un nuevo tejido productivo al servicio de las necesidades del pueblo”, pero igualmente es cierto que todo esto se ha hecho con miras al desarrollo de un nuevo modelo productivo que se presenta como un ingrediente más de la mezcla del cemento que nos ayudará a cimentar las bases verdaderamente fuertes en la construcción del Socialismo.
Es en este punto donde quiero enfocarme, precisamente porque es preocupante ver una campaña que anda regada en todos los rincones del país y asumida por las instituciones gubernamentales, que pudiera dejar una mala y tergiversada interpretación en la población sobre la concepción real del Socialismo. El hecho de que nosotros estemos generando nuevas figuras y elementos que desemboquen directamente en la resolución de los problemas y necesidades del pueblo no quiere decir que hemos llegado al Socialismo, las misiones sociales han sido un instrumento vital para golpear al Estado Burgués e ir trabajando paralelamente a él lo cual contribuye a generar condiciones objetivas y subjetivas para desmoronar parte del aparataje del sistema que no ha sido desmontado debido a la complejidad del mismo, por lo que decir que cada misión ha sido “Hecho en Socialismo” sería una total incongruencia, igualmente sucede con el sector productivo del país que es donde he visto que está mucho más enfocada esta errada campaña, nadie niega que hemos logrado acertar en las políticas de expropiación de algunas empresas e industrias que jugaban con el bienestar del pueblo, casos como el de Aceites Diana, Café Fama de América, Mercados Bicentenarios, entre otros, han permitido generar una práctica productiva en la que el sector obrero ha jugado un papel de gran relevancia que determinan las riendas de las hoy asentadas empresas de producción social, pero de allí a decir que hemos cambiado el proceso productivo de la nación, suprimido las condiciones de explotados y explotadores y logrado la independencia económica debido a que ya no dependemos de los altos niveles de importación de productos ni de la renta petrolera, sería demasiada falacia puesto que aún nos encontramos lejos de ello.
Con esto no niego el gran esfuerzo que el gobierno nacional revolucionario ha implementado para desmontar al viejo Estado y que la clase trabajadora tome las riendas del sector productivo del país, pero de allí a afirmar que está “Hecho en Socialismo” es una manera irresponsable de plantear la efectividad y ejecución de las obras y las transformaciones políticas, económicas y sociales que vive el país.
Es por ello que hago un llamado al Gobierno Bolivariano y especialmente al Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (MinCI) para que retire éste elemento propagandístico basado en el eslogan: “Hecho en Socialismo” y replantee la campaña hacia lo que hemos reconocido como una revolución, que es la única fuerza matriz que por voluntad y valentía extraordinaria del pueblo es capaz de desafiar a las más arraigadas potencias y viles sectores del capital para generar las transformaciones y los cambios radicales que permitan la máxima felicidad y bienestar de la nación; por lo cual creo pertinente y de acuerdo a nuestra realidad actual utilizar el eslogan: “Hecho en Revolución”, con lo cual englobamos las obras ejecutadas por el gobierno revolucionario en su total y justa dimensión.
Edwin L´Bachi Velásquez
Caracas, 15 de agosto de 2010
