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Un Blog de Edwin "El Bachi" Velásquez - Leal al Comandante Chávez y a Nicolás Maduro por el Socialismo Bolivariano - Delegado del Partido Socialista Unido de Venezuela - Comisionado Estadal de Formación Política de la JPSUV (D.C) - Premio Municipal al Liderazgo y Activismo Juvenil Livia Gouverneur 2012 y 2013 Mención Honorífica Mejor Liderazgo Juvenil - Vivir y Vencer Camaradas - ¡Viva Chávez! ¡Viva la Revolución!

13 de marzo de 2010

Ya basta de Partidos de Evolución: ¡¡¡NECESITAMOS AL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN!!! (Parte II)

Tener al Partido de la Revolución Bolivariana ha sido una tarea relativamente fácil, el llamado que hizo el líder indiscutible de la Revolución, Hugo Chávez Frías, en marzo de 2007 a la incorporación de todos los sectores revolucionarios de la población en un Partido único, provocó la conformación de una fuerza de masas que hoy por hoy carece de organización. He allí lo difícil del asunto, una cosa es el agrupamiento de las masas tras el llamado de un líder con el nivel de nuestro comandante, lo cual (como dije antes) facilitó su conformación, y otra muy distinta es organizar a estas masas hacia una misma causa, que tengan plena conciencia de Clase, de Poder e incluso de toma del mismo para lograr establecer el sistema que queremos: cuando menos, el Socialismo.

A nosotros en Venezuela nos ha tocado vivir un proceso revolucionario con características muy particulares que nos diferencian del resto de los procesos que se han vivido a lo largo y ancho de la historia dialéctica de la humanidad, por lo que nos ha honrado con todas las dificultades que ello implica, sostener una revolución "pacífica".

Cuando hablo de "pacifismo" no me refiero a que nuestro proceso se asienta en un clima de tranquilidad y buena convivencia, por el contrario, ha sido una guerra que podríamos llamar irónicamente y entre comillas: "diplomática de baja intensidad"; es decir, aunque hemos tocado los intereses de la burguesía progresivamente, debemos recordar que nuestra Revolución se desenvuelve bajo el manto de la Superestructura Burguesa del Siglo XXI: La Educación, La Religión, El Partido y Los Medios de Comunicación, los cuales se diferencian grandemente de la Superestructura del siglo XVIII.

La Revolución "pacífica" nos ha costado la vida de varios dirigentes estudiantiles, campesinos, indígenas e incluso, trabajadoras y trabajadores revolucionarios, nosotros, las fuerzas socialistas, seguimos poniendo a los muertos en pleno siglo XXI; es por ello que nuestro Partido debe plantearse la lucha en todos los escenarios posibles puesto que el pacifismo es una mentira más que nos ha servido para contener las fuerzas populares y los movimientos sociales.

Si ya desde el principio definimos la clase de nuestro Partido, no nos queda más que aclarar que debemos estar siempre sumergidos en la misma, es decir, debemos estar en la masa, con las masas, ser de las masas; no es cualquier cosa constituir el Partido de la Revolución, debemos estar conscientes de que la lucha contra el Estado burgués es siendo o no gobierno, y no lograremos la extinción del mismo si nuestro Partido no está dispuesto a ello.

Hoy debemos estar claros que la desventaja de tener un Partido como el actual (PSUV), que se ha constituido en un Partido de gobierno, es que la mayoría de su dirigencia se encuentra en diversos escaños de poder del Estado: ministros, viceministros, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, y demás cargos gerenciales, directivos y administrativos de los distintos entes gubernamentales han provocado en muchos, caer en debilidades ideológicas que van frenando el avance del proceso revolucionario, es decir, muchos de los que llegan al poder, olvidan el por qué y el para qué de su misión, caen en vicios pequeños burgueses, en hechos de corrupción y hasta en un proceso de enajenación, eso sucede porque nuestro Partido nació en medio de un mar de sucesos y hechos coyunturales que no han permitido crear una estructura que pueda poner los correctivos necesarios para evitar así el desvío de los mismos.

Si nos proclamamos como un Partido de clase, de los pobres, de los trabajadores, entonces la lucha no es hacia otro sector, y si dentro de nuestro Partido existen quienes frenen la lucha popular de nosotros como base, entonces debemos buscar los mecanismos más efectivos para comenzar a depurarnos y execrar de nuestras filas a las traidoras y traidores que mostrándose rojo rojitos se consintieron en la avaricia y se amarraron a la silla del poder.

L´Bachi

8 de marzo de 2010

PRONUNCIAMIENTO DE EL TIGRE: Sobre la Misión Cultura, la Cultura y la Política

En vista de la campaña de descrédito que se ha pretendido levantar en contra de la gestión de la Misión Cultura durante sus cinco años de existencia, bajo los atrasados argumentos de que: la política no debe mezclarse con la cultura, de que hasta ahora esa misión ha excluido a las élites y a las bellas artes y que se ha politizado demasiado desvirtuando su vocación académica; quienes hemos venido haciendo vida en ella, consideramos conveniente hacer públicas nuestras posturas, a fin de no convertirnos en cómplices de una corriente de pensamiento que en vez de contribuir a la cohesión, a la unidad y al fortalecimiento de quienes militamos en el proyecto revolucionario, más bien alimenta la concepción de cultura que defienden las clases dominantes y las minorías enemigas del Presidente Chávez.

Esta y todas las misiones educativas, impulsadas por la Revolución Bolivariana y conducidas por el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, se crearon con el propósito de incorporar a los sectores populares, que a causa del modelo de educación elitesco, implementado durante la cuarta república, habíamos sido excluidos no sólo del disfrute de los bienes culturales elementales, sino también de la posibilidad de expresión, difusión y propagación de nuestras obras, creaciones y manifestaciones, con el agravante que además de no ser admitidos en los sistemas y subsistemas de formación universitaria, por nuestras maneras de concebir el mundo, la vida y las cosas y por el compromiso que teníamos con las comunidades, no en pocos casos éramos reprimidos y perseguidos, cada vez que intentábamos acompañar a nuestro pueblo en sus esfuerzos de organización por la defensa de los derechos sociales y humanos, vulnerados sistemáticamente, sin que para la época existiera comisión internacional o medio de difusión alguno que se hiciera eco de estos atropellos a las mayorías indefensas.

De allí que, la inclusión a las mayorías no puede entenderse como una exclusión a las minorías, porque estas élites ya están incluidas, tienen sus privilegios y conservan mecanismos de poder para mantenerse en el control de decisiones fundamentales. Por eso, todo intento que se llame reinclusión en una fase de transición hacia el socialismo, no es más que un atentado en contra de la oportunidad de unas mayorías que aún no completan el acceso pleno a sus derechos, lo que implica una traición a la opción por los más necesitados, a las clases más desposeídas, a los sectores más débiles, haciendole el juego al manipulado e hipocrita discurso de la reconciliación, de una oposición que tiene como principio de ejercicio político, el engaño, la mentira y la tergiversación, que nunca ha perdonado a sus adversarios y que nunca se ha reconciliado con nadie. Este es un asunto político de alto calibre para un proyecto histórico como la revolución bolivariana, porque negar el carácter político de la inclusión, al igual que proclamar la neutralidad de la cultura, son argumentos que no se corresponden con la visión emancipadora de la historia y con los alcances del pensamiento contemporáneo. Así es que todo tipo de inclusión lleva consigo su sello político, estando bien, a favor del poder de las mayorías, o bien, a favor de la dominación de las minorías.

En el marco de esa convicción incluyente, el trabajo de investigación llevado a cabo por los activadores culturales, a raíz, de los diagnósticos participativos, de las historias locales, del censo patrimonial y del desarrollo de proyectos de aprendizaje, ha consistido en una de las principales contribuciones para la transformación académica en el mundo de la educación universitaria, convirtiendo la formación para la identidad, para el sentido de pertenencia y para el arraigo, como factor fundamental de la participación comunitaria, en una perspectiva de soberanía nacional desde la base, vinculando así la espiritualidad endógena con el fortalecimiento de una conciencia claramente antimperialista. Cabe preguntarse, cual es el significado que tiene lo académico para aquellos que recientemente han venido manifestando que la Misión Cultura se ha desvirtuado porque se ha convertido en un proyecto político. A lo que se suma la otra interrogante, si se puede separar lo cultural de lo político, en el acompañamiento a consejos comunales, a comités de cultura, a redes culturales y a otras formas de organización popular, que demandan cada vez más apoyo para aumentar los niveles de participación y articulación social.

Esta Misión, en nada avergonzada de su desempeño y vocación política, ha implementado un método altamente democrático, donde la investigación, la creación colectiva y la organización cooperativa, son indicadores y testimonio de una didáctica socialista y latinoamericana, inspirada en la educación popular, que convierte la experiencia y el intercambio de saberes, en insumos para la reflexión y el análisis colectivo, desde el que surge la nueva conciencia y el nuevo contenido, como conocimiento construido para elevar la calidad espiritual y pedagógica de la revolución bolivariana, socializable a través del canto, la música, el teatro, la danza, la poesía, los rituales, las ceremonias y las variadas manifestaciones originadas y recreadas en nuestras tierras.

En consecuencia, sería nefasto, para el desarrollo de la conciencia popular y para el crecimiento estético y espiritual de nuestro pueblo en su rumbo para alcanzar la soberanía plena, que en nombre del academicismo eurocéntrico cónsono con el culto al elitismo, se desconociera esta metodología, dando al traste con los aportes más significativos de las ciencias sociales contemporáneas y con las investigaciones mas recientes y pertinentes de las teorías emancipadoras, que le dan soporte sustancial a los cambios estructurales que deben ocurrir.

Esta defensa a la Misión Cultura, sumada a la confianza que tenemos en el proceder ético de las autoridades que hasta hace poco la condujeron, no la podemos descontextualizar del año electoral en curso, que independientemente al virage ideológico hacia la derecha que está ocurriendo en algunos camaradas del área cultural, nos convoca a continuar profundizando el proceso bolivariano, organizados en el PSUV y conducidos por el Presidente Hugo Chávez Frias, colocando nuestro talento, es decir, nuestro teatro, nuestra música, nuestro canto, nuestro baile, nuestra poesía, nuestra pintura y todas nuestras expresiones estéticas, en función de garantizar la mayoría socialista, en forma aplastante, en las elecciones legislativas del mes de septiembre.

Dentro de este espíritu de continuidad al lado de nuestro pueblo, diversos actores culturales, convencidos que la política si está vinculada a lo cultural y que lo académico también es político y que eso es lo que hemos hecho durante los últimos cinco años en la Misión Cultura, reunidos el día martes 2 de marzo en la Ciudad del Tigre Estado Anzoategui, nos hemos convocando para el I Encuentro Regional Suroriental, de activadores culturales, egresados, promotores, trabajadores culturales, miembros de redes y frentes culturales socialistas, dirigentes comunitarios, facilitadores, tutores y de todos los sujetos que aspiren debatir y construir, teniendo, por ahora, como referencia los siguientes puntos:

.- El carácter político de la cultura en todos los tiempos.

.- Nuestra contribución a la unidad en el proyecto bolivariano y nuestro aporte artístico en la campaña electoral para la elección de los diputados socialistas.

.- La organización del Movimiento Cultural Socialista en la región.

Este encuentro se llevará a cabo los días 23,24 y 25 de abril, en forma cogestionaria y autogestionaria, pudiendo participar todos aquellos camaradas, que desde sus comités de cultura, desde sus frentes culturales y desde sus redes, comunales, parroquiales y municipales, hayan intervenido en los debates de base, preparatorios para dicha convivencia.

Quienes se sumen al proceso preparatorio, pueden articularse a través del correo negriadentro@gmail.com, haciendo llegar las ideas, análisis, propuestas y conclusiones, que se produzcan en cada debate, comunal, parroquial o municipal, por comité, por red cultural comunitaria o por el Frente Cultural Socialista, así como también las listas de probables participantes y los aportes para el desarrollo logístico de la actividad.

¿Que pasará con la Misión Cultura?

Por: Mirna Sojo

Fecha de publicación: 04/03/10

Haciendo eco de muchas conversaciones, análisis, mensajes telefónicos entre otras, quiero hacer algunas reflexiones que puedan contribuir al debate que se abre en torno a la Misión Cultura, nuestra querida Misión.

Nos dimos una Constitución que recoge el espíritu originario del soberano, es decir una democracia que la estamos construyendo a lo venezolano y donde el bastión principal es el protagonismo, la organización y la movilización permanente del poder constituyente.

Hay asuntos de la democracia que se van definiendo desde la practica, y esta va acumulando una experiencia rica y palpitante en los corazones de cada ser humano, colectivo o movimiento social, que participa en cualquier ámbito en esta sociedad, la cual afina y permite construir y contribuir con las críticas necesarias que orienten a nuestros gobernantes(tas) o por lo menos a entrar en un franco dialogo con todos y todas los que al igual que yo transitan por estas veredas, por lo menos es el animo que me mueve a escribir este articulo.

Lo que voy a expresar aquí recoge lecturas de artículos que han salido a la luz y que en cierto modo me obligan como toda ciudadana con derecho a expresar lo que estoy sintiendo.

La Misión Cultura, como todo instancia es susceptible de ser evaluada permanentemente, es una obligación de todos los revolucionarios y revolucionarias montarse en la retroalimentación de lo que se hace o se deje de hacer, máxime cuando nuestro proceso es “inédito”- esta palabra me la he tomado muy en serio- ósea, se fundamenta sobre la base de la creación propia, o por lo menos hacer un esfuerzo de que nuestra revolución bolivariana sea a la venezolana, con sello propio, sin desmeritar otras experiencias en el planeta. Ahora bien, ¿Quiénes revisan, rectifican y reimpulsan? He aquí la pregunta de las sesenta mil lochas… ¿Solo las gestiones del gobierno? ¿Y el pueblo donde queda? ¿Dónde quedan las consultas populares necesarias en estos procesos de las tres “R”? sobre todo, si la misión ha tomado otro rumbo nos preguntamos ¿Cuáles son los criterios que van a usarse para determinar que se fue lo que se desvió y cómo? ¿Quién o quienes los harán? ¿Cuáles los argumentos para explicar que algo se desvió, con cual referente y por qué? ¿En que momento se consulta o se debate para saber que se desvió o no? ¿Quién determinará el rumbo de la Misión y cuál rumbo? Esto es parte de las inquietudes que nos embargan.

Por otra parte, el plano político, la formación de educadores populares tal y como lo plantea el pensum de la misión, no es poca cosa ni mucho menos cualquier slogan que a alguien se le ocurrió, La educación popular es profundamente insurgente, y sus practicas van dirigidas a los mas excluidos de nuestra sociedad, cuyo contenido en el caso del “Desarrollo Cultural” nos reta e interpela permanentemente a superar cualquier opción de reproducción burguesa, y concepciones de “desarrollo” “desarrollismo” solapadas o que tienden al “gatopardismo” cambiar para que nada cambie…

Hemos defendido, el concepto y enfoque de desarrollo cultural, cuyo contenido va dirigido a desmarcarse del sistema capitalista burgués, esto cae para todos los ámbitos del conocimiento y quehacer humano, es la que salimos a librar a diario, en el caso que nos ocupa el Educador Mención Desarrollo Cultural es un sujeto político capaz de construir y transformar realidades locales donde él o ella se desenvuelve colectivamente con los seres humanos donde habita.

Ahora bien, la sociedad como un cuerpo integrado se entrelaza desde dinámicas y procesos complejos, no puedo hablar de un educador en desarrollo cultural sin vincularme a los procesos sociales, políticos y económicos, por ende, no podremos hablar de “cultura para una sociedad socialista” si desde mi hacer no me vinculo con todos los ámbitos que me acompañan e integran cotidianamente, porque si el asunto fuese activar desde un arte “descolgado” solo para “alegrar” y mantener a las masas “sumisas”, entonces ese arte no nos sirve, no apunta hacia la insurgencia ni mucho menos alberga en su seno el socialismo, y si ese arte no impulsa y consolida el poder popular, entonces nunca tendremos sociedad socialista, y si ese arte no se liga con las problemáticas inmediatas de esa comunidad donde habito, sino lo que hace es que me “olvide por un momento” y la pase “chévere”, porque alguien pensó que el arte se hizo para llevar solamente un “buen rato”, entonces ese espacio no me libera sino que me aliena y por ende tardaremos mucho mas en consolidar la victoria final sobre el imperio.

Arte y cultura, dos asuntos los cuales hay que discutir, ¿será que estoy equivocada? El arte forma parte de la cultura, mas el arte no es ni resume la cultura de un pueblo. El concepto de cultura a mi modo de ver el asunto, nos refiere a todos los ámbitos de la acción humana, donde el hombre crea, inventa, concreta creaciones o recrea o reinventa, solo que yo hago la distinción que para nuestra sociedad socialista que aun no tenemos, necesario es decir que todas aquellas cosas que hacemos y creamos que sean útiles, buenas y donde nos preguntemos si tiene o no de socialistas es la que tomaremos como referente para fortalecer ese desarrollo, de allí que: la gastronomía, la tecnología popular apropiada y apropiable, lo étnico, la tradición oral y escrita, las expresiones artísticas, la vocación agrícola, la economía social, la actitud y la aptitud física entre tantas otras, que vienen como legados de generación en generación, otros a través del estudio sistemático o autodidacta, son elementos que caben para el desarrollo cultural que nos invoca este parto histórico que tenemos en la formación de estos activadores y activadoras que aspiran a ser un tipo de educador distinto y pertinente social y culturalmente hablando.

De allí que el arte de educar en tiempos de revolución pasa por hacer del hecho educativo un hecho cultural para liberarnos, liberación de la conciencia, develar realidades, acciones que se solapan y que solo a partir de las reflexiones y praxis social, el encuentro permite superar los niveles de enajenación que tenemos.

Esto se puede lograr a partir del estudio sistemático y la practica de la educación popular, vinculadas a los barrios, de donde venimos todos y nos mantenemos militantemente.

Estas son cosas que andan en el debate callejero, en ese espacio que recoge voces permanentes, y por donde van las cosas pareciera que se requiere de un espacio donde en verdad se dialogue sobre estos aspectos y otros que preocupan y nos mantienen ocupados.

La Misión Cultura tiene ya 05 años, muchos son los caminos y los debates que hemos dado, muchas las reflexiones escritas y sobre todo mucho la conceptualización construida desde las bases activadoras que viene de clases humildes en su gran mayoría que cree en esta misión y la asumen con todo y sus “cochochos” que son parte del nuestro venezolano de cada día. Pretender generar cambios dentro de ella sin hacer el dialogo la conversa necesaria con todos y todas, es revertir el hilo histórico y volver a las catacumbas de la edad media.

La revisión, rectificación y reimpulso, deberá ser una verdadera activación del poder constituyente que tiene mucho que decir y aportar en tiempos donde el silencio es cosa del pasado, y donde la voz erguida del pueblo digno, cultor, artista, maestro popular, con sus manos, con sus sienes, con sus causas justas, organizadamente demos el debate necesario en estos tiempos de profundas transformaciones.

Movimiento Pedagógico Revolucionario

Escuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe

mirnasojo@gmail.com

3 de marzo de 2010

Ya basta de Partidos de Evolución: ¡¡¡NECESITAMOS AL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN!!! (Parte I)

Los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela debemos estar conscientes de la necesidad inmediata que tenemos de tener un instrumento revolucionario que trascienda lo electoral y profundice en lo organizativo, lo formativo e incluso, lo militar; un instrumento que trascienda lo gubernamental y se plantee la lucha revolucionaria desde todos los posibles escenarios.

La lucha de clases debe ser propósito y objetivo de nuestro partido, no podemos pensar en alcanzar el Socialismo sin dar una difícil y dispareja batalla con los rancios sectores de la burguesía; si verdaderamente nos estamos planteando crear un instrumento que permita el avance de las fuerzas del pueblo hacia una verdadera revolución no podemos seguir permitiendo que se impongan los intereses de los oportunistas, reaccionarios y reformistas dentro de nuestras filas; estoy de acuerdo con que el partido se proclame bolivariano, zamorano y robinsoniano, pero también creo que está obligado a proclamarse antiimperialista, anticapitalista y marxista, lo cual nos convertiría inmediatamente en un partido clasista, más sin embargo tampoco deben imponerse las pretensiones de aquellos que alegan que eso es tácito, por el contrario, debe estar expresado con todas sus letras: ¡Somos el partido de los trabajadores, aquí no tiene cabida la burguesía!

Sinceramente siento preocupación por el destino de nuestra organización cuando escucho a compañeros y/o compañeras que defienden la tesis de que éste debe ser un partido incluyente y que por tanto su carácter debe ser “pluriclasista”; tamaña ligereza viene o, producto de la ignorancia, o producto de la defensa de sus propios intereses (¿…?), sin embargo me permito tomar las palabras de Lenin que nos dice: “las contradicciones de clase son irreconciliables”, y en lo personal me siento obligado a decir: aquel burgués que quiera luchar por los intereses de los más pobres debe renunciar a su condición de explotador, debemos decirle tal cual lo que Cristo le dijo a un rico que quería saber qué debía hacer para entrar al reino de los cielos: “Déjalo todo y sígueme”, sencillamente quién esté dispuesto a luchar por la liberación plena del ser humano debe tener las mismas condiciones de nuestra clase, es decir, debe ser un trabajador, sin duda ésta debe ser la primera condición de todo y toda militante. Allí, en esa primera determinación de clase, estamos a su vez creando una ética revolucionaria para tener moral y con ella: una lucha sincera, con sentido de pertenencia, sin intereses particulares ni pretensiones de riquezas materiales.

Muchos se preguntarán: ¿y dónde dejamos a las amas de casa?; ¿A dónde dejan a la juventud y los estudiantes? ¿A dónde a los intelectuales? Bueno, si nos vamos por una visión estrictamente dogmática e irresponsable cualquiera podría decir que no son trabajadores porque no forman parte del proletariado, más sin embargo me atrevo a decir varias cosas:

- Cuando hablamos de los trabajadores y trabajadoras también nos referimos y dirigimos a sus familiares, que igual dependen del capital que perciben los suyos producto de la venta de su fuerza de trabajo; es decir, nos dirigimos a los hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas con conciencia de clase que también sufren las calamidades del sistema capitalista y que por ende resisten las consecuencias económicas y por ende sociales que ello arrastra consigo.

- Las amas de casa juegan un papel importantísimo en la administración y mantenimiento del hogar de los explotados y explotadas, tanto de los consolidados (trabajadores) como los que están en proceso de formación (estudiantes), son trabajadoras del hogar, incluso también manejan un proceso productivo transformando la materia prima para alimentar a todos los miembros de la familia. Es un trabajo difícil que no genera remuneración.

- Como asomé anteriormente, mi visión de los jóvenes y estudiantes es la de “trabajador en proceso de formación”, si éste se mantiene en la formación académica entonces estará destinado al trabajo intelectual, si por el contrario se desincorpora voluntaria o involuntariamente del sistema educativo, estará condenado por el sistema al trabajo manual, de cualquiera de las dos formas se verá obligado a vender su fuerza de trabajo.

- Los intelectuales se dedican al estudio y a la reflexión, pero en una sociedad capitalista como la nuestra se ve obligado a vender su pensamiento, sus palabras, sus criticas, por tanto, si su fuerza de trabajo está en su pensamiento y además debe venderla, por supuesto que debe considerarse un trabajador.


L´Bachi

R-Combatientes de CMSKPA