Edwin Velásquez
En Caracas la juventud jugó un
papel importante en la campaña electoral del pasado 8 de diciembre; Justo decir
ahora que las políticas juveniles deben dejar de ser herramientas de la
inmediatez, el festejo y el pragmatismo.
El desarrollo de las políticas
dirigidas al sector juvenil solo tendrá talante revolucionario si poseen un
carácter orgánico, efectivo y real.
Nos corresponde a los jóvenes que
hacemos política utilizar el efectismo como herramienta cautivadora pero no
como una línea política fundamental ni estructurada, no como un quehacer
determinante y constante; el efectismo no define ni transforma conciencias ni
realidades.
Lograr incidir significativamente
en el desarrollo de la vida del joven y garantizar que en tiempo futuro, pueda
verse consolidado en un estatus de vida digno debe ser consecuencia de una
política revolucionaria. Que por un empeño de vincular el desarrollo humano,
intelectual y espiritual a la construcción de Patria, la juventud pueda estar al
servicio de los intereses de la nación y la humanidad bajo un sentido militante
que sin duda va a atado al sentido de pertenencia, a la supresión del egoísmo y
a la elevación de la conciencia, no puede ser sino el resultado de políticas revolucionarias.
Un joven que pueda alcanzar
suprema felicidad; forjado para que de sus entrañas surja la iniciativa
creadora, innovadora, voluntaria y laboriosa; venido de una educación nueva y
popular, con innegable desarrollo espiritual, físico, moral y humano es un
joven formado para la humanidad, la protección del planeta, y la preservación
de la vida; natural defensor del proceso que le dio la posibilidad de
desarrollar luces, cualidades,
facultades, ideas y destrezas, forjado para la praxis revolucionaria.
De joven en joven forjado para la
construcción del Socialismo, la consolidación de un pueblo militante será el
resultado supremo y definitivo de acertadas y decididas políticas
revolucionarias.