Edwin Velásquez
202 años de lucha juvenil recordada tras la gesta de José Félix Ribas con un montón de estudiantes y panitas patriotas revolucionarios, antes que Ribas ya Bolívar a sus 22 años profetizaba “romper las cadenas” que nos oprimían “por parte del imperio español”, he de reconocer que la Revolución Bolivariana está viviendo su peor momento, los sifrinos con billete han querido arrinconarnos y con ayuda internacional han logrado afectar nuestra economía y con ella nuestra cotidianidad, es decir, han afectado la normalidad de nuestras vidas, que es la normalidad que vivimos nosotros como generación y que no vivieron nuestros padres ni abuelos, la normalidad que construyó el Comandante Chávez, la normalidad de ser feliz, vivir bien y tranquilos, esa era nuestra normalidad y hoy los Ricachones con caras de gente buena, nos la quieren quitar, parecieran lograrlo.
Juventud de mi generación, la generación que vivió a Chávez, nuestros abuelos y padres conocieron la realidad de una democracia falsa que llevó al pueblo a la pobreza, los arruinó, les arruinó su juventud y a muchos su futuro, el joven del pasado fue perseguido, juzgado, subestimado, torturado, desaparecidos algunos, asesinados otros, maltratados muchos y muchas, reinó la deserción escolar, casi imposible el ingreso a la universidad, difícilmente podrías acceder a un beneficio, difícilmente a un buen trabajo, difícilmente podías alcanzar tus sueños, difícilmente podías acceder a una buena intención de parte del Estado porque la juventud fue parte del gasto social, nunca fue inversión, nunca invirtieron en la juventud porque nunca creyeron en ella.
Juventud de mi generación, la generación que vivió a Chávez, con él conocimos la normalidad de otra manera, muy distinta a la de nuestros padres y abuelos, pero peor aún, muy distinta a la realidad actual, la cual debemos batallar: La Revolución nos garantizó el estudio gratuito y obligatorio por ley sagrada de la Patria, la escuela, el liceo, la universidad nos recibió con las puertas abiertas, sin pago ni costo alguno más que el de echarle pierna a las clases y con calidad, nos permite organizarnos en nuestros centros de estudios, nos habilitó derechos y leyes exigidos por el estudiantado y aprobados por nuestra Asamblea Nacional roja rojita, eso permitió blindarte, porque organizarse para reclamar derechos o enfrentar maestros, profesores o autoridades era un pecado incluso mortal, en los tiempos de Chávez conseguimos alimentarnos en nuestros espacios de estudio, con un programa de alimentación y comedores en escuelas, liceos y universidades, también logramos dar un gran salto al acceso directo a la tecnología para obtener mayores avances y facilidades, computadoras laptops y tablets canaimitas, entregadas gratuitamente a cada uno de los estudiantes de la nación, en todos los niveles públicos, la vida de esta Patria nos recibió con acceso gratuito a internet a través de Wi-Fi en colegios, liceos, universidades, bulevares, plazas y parques, es decir, el acceso fácil a la información, al conocimiento y a la educación sin pagar un medio...
En tiempos pasados el estudiante era visto como un delincuente, estudiar no era importante, eso era pa otra gente, la mayoría sacaba si acaso el bachillerato, los jóvenes de entonces iban con hambre, por tanto les costaba mantener concentración y hasta los ojos abiertos, bastante padres y madres que para entonces estaban en su mejor edad, tuvieron que abandonar los estudios, muy pocos tenían acceso a una computadora, era prácticamente nulo, la desmoralización a la juventud les llevó a tener una vida con grandes dificultades y carencias.
Jóvenes, la Patria nos recibió con grandeza moral como nunca antes en 500 años, esta Revolución recuperó y construyó para nosotros cantidades de espacios para el entretenimiento y esparcimiento, teatros, cines y espacios para el esparcimiento sano y la recreación y los puso a disposición del pueblo, grandes y recordados conciertos y espectáculos, artistas nacionales e internacionales que siempre fueron de difícil acceso para la gente de poco sueldo, se llegaron a presentar para millones de nosotros y no pagamos medio, cada vez que un artista venía a dar un concierto en algún sitio exquisito para la clase sifrina de este país, la Revolución lo ponía gratuito para el pueblo todo pero especialmente para el joven porque así lo merecíamos y es causal de muchas molestias y sumas arrecheras de la burguesía porque los tierrúos, chabacanos, ordinarios y malandros (tal y como nos identifican), los hijos de Magali, Carmén y Teresa, los malaconductas de José y los mocosos de Miguel, disfrutaron con guarapita en mano a artistas como Charlie García, Fito Páez, Cafeta Cuba, Calle 13 o Nicky Jam solo por mencionar algunos en 17 años.
Nacimos en el mejor momento, nacimos en Revolución y Chávez nos bautizó como la “Generación de Oro”, nuestros antepasados de la historia contemporánea de Venezuela, crecieron viendo medalleros de cualquier torneo, mundial u olimpiada en los últimos lugares; la burla y la desesperanza siempre pesaron fuerte sobre nuestros atletas, nuestras glorias deportivas surgieron de esfuerzos muy individuales y sacrificados, sin apoyo ni ayuda al deportista, sin políticas para ellos ni para el deporte en sí, lograron con esfuerzos sobrenaturales y heroicos, reavivando esperanzas en momentos, planteando con ellas que en el camino, aunque complejo, sí se puede llegar lejos aunque la mayoría de esos campeones o campeonas quedaron en la miseria y olvidados por su pueblo y hoy no es así.
Hoy tenemos una generación que nos ha llenado de orgullo patrio, el tricolor nacional hecho bandera o chaqueta se ha proyectado en los más importantes e impresionantes espacios del deporte en el mundo, hoy por hoy nuestros jóvenes atletas son de los mejores del continente, bien apoyados, entrenados y recompensados, sin contar la construcción y rehabilitación de espacios deportivos de grandísimo nivel , todo gracias a la bendición del tiempo histórico que justo en nuestra era nos regaló a Chávez.
Juventud de la Patria bonita, quién iba a pensar jamás que nuestras barriadas se llenaran de sinfonía, cuándo pensar que Yonaiker, Yukleysy y Carlitos podrían pertenecer a una orquesta sinfónica, tan elegante, presentados en los mejores teatros del país cuando esa vaina era para los ricos y europeos, para sus hijos, cuándo pensar disfrutar de Bethoven, Mozart y Bach en Mamera, Barrio Sucre o Chachopo, orgullo al ver a niños y jóvenes humildes con violines, trompetas, flautas y platillos, tocando en todos los rincones de la patria y viajando por todo el mundo ejecutando el mambo latino y el alma llanera, rompiendo todos los esquemas de la concepción de la música sinfónica que ha maravillado al planeta, ¿Cómo no decir juventud que esto es gracias a la Revolución de Hugo Chávez?
Nacimos con oportunidades de oro de la atención médica gratuita, de médicos comunitarios en todas las comunidades y barrios del país, nacimos en momentos donde hasta el más carente puede alimentarse, llegamos en la erradicación del hambre, nuestra juventud como ninguna otra generación es la más fuerte de todos los tiempos, más alta, más inteligente y más desarrollada, somos la envidia de las generaciones pasadas, es lo que nos tocó vivir gracias a que llegamos con la Revolución o en plena Revolución, lamentablemente no valorado por las generaciones del presente, pero nosotros a diferencia de nuestros antepasados, no pasamos hambre.
Jóvenes panitas míos que les veo todo el tiempo, esta generación ha estudiado sin problemas, se ha graduado y ha generado en cantidad, calidad y destreza académica, grandes técnicos y profesionales en todas las áreas como nunca antes en la historia de este país, hoy no hay problemas de desempleo, la juventud está activa, no existe la población flotante, el que no estudia es porque no quiere, el que no trabaja es porque no quiere, pero hoy o se estudia, o se trabaja, o los dos. Hoy por hoy contamos con espacios geniales para la recreación, el arte y el deporte, nadie nos persigue, no nos obligan a pagar servicio militar, nos dejan grafitear, bailar, ejercitarnos libremente, sin que una “Ley de Vagos y Maleantes” nos amenace, sin tener que escondernos para hacerlo... hoy tenemos parques, bulevares, plazas, polideportivos, canchas de paz, parques skate, paredes a montón, parques biosaludables, ciclovías, cantidad de espacios para la cultura y el deporte gratuitos, puestos al servicio de nosotros, de la juventud, todo eso debemos cuidarlo porque es nuestro.
Jóvenes de mi generación que crecieron y nacieron en tiempos de la Revolución, nosotros a los que ahora llaman “Generación Chávez”, somos los convocados a defender lo que el Comandante nos dio, nos dio la vida que nuestros padres y abuelos no pudieron tener, una vida con oportunidades, sin dominio imperial ni explotación de los sifrinos, y nos dejó a Maduro que viene de ser como cualquier otro, un ser humano venido del pueblo, de las mismas calles que recorremos, y que hoy para sacarlo los sifrinos con plata, carros y mansiones que nos ven como tierrúos y malandros, no les importa arriesgar parte de su dinero y sus empresas para que esa realidad no siga pasando, es decir, para que nuestra normalidad, esa que dije al principio de ser felices, siga sucediendo, porque para ellos los pobretones y los de clase media vestidos de seda, es decir, nosotros, no nos merecemos todo lo que Chávez nos dio y Maduro hoy defiende con gran dificultad.
Me quedo corto con tanto que decir, pero en esta semana de juventud y en este mes de rebeldía espero te llegue mi reflexión e indagues mucho más para no conformarte con lo que te digo.
Jóvenes de la Patria, ¡Uníos!
Te espero en la lucha por la humanidad.
¡Feliz Semana de la Juventud!
