Con esto no quiero sonar pesimista, solo busco construir una reflexión para no idealizar la vida misma sino centrarme en su correcto análisis, en su correcta aceptación.

Ahora que nuestro comandante, el mismísimo líder de esta revolución, de un país entero, de un continente, siendo más honesto, del planeta, vuelve a ser sincero con nosotros, vuelve a tomar un respiro envalentonao y se dirige a la nación para informarnos sobre una nueva operación, una nueva intervención quirúrgica a poco tiempo de haber detectado un cáncer perverso que a unos nos puso a pensar en el destino de la revolución más que a otros.

Ahora vuelvo a recordar aquel día después de aquel triste anuncio hecho en La Habana por ese hombre magnánimo que se veía tan humanamente frágil participándonos aquel cáncer, ese viernes 1ero de julio nos tocó transmitir como todos los viernes nuestro programa radial “La R que falta”, y entre reflexiones y análisis comentábamos sobre la necesidad de debatir hoy más que nunca el rol de las y los revolucionarios ante una posible falta del líder, eso fue como si hubiésemos invocado a la misma muerte, como un llamado al diablo, como una buena mentada de madre e inmediatamente al ir a la primera pausa del programa nos llamaron la atención alegando que no habláramos de Chávez como si fuese a morir, y aunque esa no fue nuestra intención ese solo hecho nos demostró una vez más que hay quienes se atan a un liderazgo que solo es eso, un liderazgo y que no se puede confundir con el verdadero sentido de una revolución, de un proceso.
Lo cierto es que, aunque bien sabemos que nuestro Comandante en Jefe, líder mundial de los pueblos pobres y explotados del mundo saldrá bien de ésta y se recuperará hay que tener muy en cuenta que esta revolución no puede ser un “por ahora”, debe ser un para siempre, y esta determinación pasa por comprender que las revoluciones no pueden ni deben bajo ningún concepto depender de un solo hombre sino que es, en todo momento, una construcción dialéctica de un conjunto de hombres y mujeres que luchan a diario y sin descanso por enarbolar las banderas de libertad y consolidar la patria Socialista, el mundo Socialista que todos queremos.

Allí está todo un pueblo que no se limita a nuestras fronteras, allí toda una vida entregada por completo a nuestra causa aún no comprendida por muchos, allí tu vida hecha sonrisas, en los niños y niñas, en cada mujer y en cada hombre, en nosotros impregnado tu sentir revolucionario, y otros pocos tratando de seguir tu ejemplo que es el mismo de Lenin, del Ché, de Fidel...
Grande y no en vano ha sido tu causa, y es por ello que tu deber como el nuestro es vencer, es seguir tratando en cada palabra la construcción del Socialismo, en cada hecho la construcción del Socialismo y en cada acción, la construcción del mundo nuevo, del nuevo ser, de las nuevas obras, de las nuevas contradicciones y con ello las nuevas luchas, todo sea por nuestra humanidad, por las nuevas generaciones y por un poco de nuestra satisfacción nada acomodada.
No basta con saberlo debemos trabajar mucho más, hoy más que nunca “…necesario es Vencer!
¡VIVA CHÁVEZ CARAJO!