Nuevamente estamos ante la amenaza de una nueva arremetida contra nuestro proceso revolucionario por parte del imperio norteamericano y sus aliados, hoy descaradamente, una vez más, Colombia y demás lacayos se prestan para armar un show mediático que sin dudas busca acarrear efectos y consecuencias que puedan facilitar la detención del huracán revolucionario que se desató por éstas tierras hace 200 años y que hoy ha vuelto con mayor intensidad levantando las banderas del Socialismo y con él la libertad como primera empresa legada por nuestro Padre, el Libertador Bolívar.
Sin duda alguna, el emprendimiento de ésta “Campaña Admirable” que osamos hace diez años atrás, ha desatado la furia de los mil demonios que dominan el planeta: los burgueses, las oligarquías, los poderosos, los enajenados, los alienados y el imperio actual. Hemos osado desafiar la persistencia del sistema vigente y generamos las contradicciones primeras que han seguido generando otras contradicciones en un proceso que no tendrá fin en adelante, y tales contradicciones de las contradicciones han generado una revolución que no tiene siesta, no nos limitamos a nuestras fronteras sino que los pueblos nos limitaron al mundo entero y sin querer despertamos la atención de los desposeídos en el momento oportuno, pues ya el capitalismo se ha extendido por todas las latitudes y la clase obrera hecha millones es suficientemente grande y extensa como para lograr la derrota del capitalismo y su fase superior, es decir, la derrota del imperialismo.
Han pasado 227 años del nacimiento de un genio, de un héroe invencible, de un gran ser humano atrapado en su tiempo, por el contrario considero que a nosotros no nos ha tocado estar atrapados pues el tiempo de hoy nos libera, y es por ello que si no sabemos aprovecharlo, el tiempo atrapará a las generaciones futuras y serán eternos prisioneros de un sistema de esclavos.
La clave de nuestra libertad está en la organización de las masas, el éxito de nuestra lucha se encuentra en la voluntad que tengamos para hacerlo, organizados, solo organizados podremos hacer los milagros que nos exigen los pueblos para su eterna felicidad y liberación, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados ni rezando en nuestras casas esperando la venida del hombre o la mujer que nos salve y nos libere, debemos por el contrario, luchar con pasión, sacrificio, disciplina y tesón por conseguir la libertad suprema, la erradicación de las clases, todo bajo la premisa de que “solo el pueblo salva al pueblo”.
Ustedes, mis camaradas de lucha, saben bien que hemos sido muy irresponsables en no asumir plenamente la carga y el desafío del tiempo histórico vigente, hemos perdido mucho tiempo en pequeñeces que nos distraen y dispersan de la lucha, yo reconozco no haber asumido con total responsabilidad cada espacio y compromiso asignado y en cuanto reflexiono todo lo que podríamos perder, me consigo con algo peor y es que con nuestra irresponsabilidades y ligerezas ni siquiera futuro habría, se perdería el futuro, no sería utópico decir que para la humanidad se acabaría el mundo.
Debemos luchar contra nuestras debilidades: el individualismo, el consumismo, la avaricia; el ocio, la flojera, el egoísmo, la impaciencia; la impuntualidad, la envidia, la soberbia, la visceralidad; la ambición, la distracción, el menosprecio; el desinterés, la indisciplina y la inmadurez solo por nombrar algunos. Mi llamado es a tomar mucho más en serio nuestra lucha que no es cualquier batalla si se hace por el pueblo explotado, por los pobres del mundo.
Generemos entonces las contradicciones necesarias para transformar a nuestra sociedad, somos los únicos que podemos salvar a la humanidad y más allá de mis subjetividades objetivamente hablando, somos el equipo que puede enrumbar el proceso revolucionario, por ahora en Caracas, hacia el Socialismo Bolivariano.
Atentamente
Edwin L´Bachi Velásquez
(MEM)
Socialismo o muerte camaradas…
¡¡¡VENCEREMOS!!!
Caracas, 24 de julio de 2010
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