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Un Blog de Edwin "El Bachi" Velásquez - Leal al Comandante Chávez y a Nicolás Maduro por el Socialismo Bolivariano - Delegado del Partido Socialista Unido de Venezuela - Comisionado Estadal de Formación Política de la JPSUV (D.C) - Premio Municipal al Liderazgo y Activismo Juvenil Livia Gouverneur 2012 y 2013 Mención Honorífica Mejor Liderazgo Juvenil - Vivir y Vencer Camaradas - ¡Viva Chávez! ¡Viva la Revolución!

21 de junio de 2009

Propuestas.El dilema del sistema actual venezolano

La llegada de la revolución a Venezuela en el 98 nunca significó la transformación del sistema. El peligro que sentían los sectores dominantes de que sus intereses se vieran afectados por priorizar la inversión social, primero que ellos, es uno de los elementos que constituyen la naturaleza de este complejo proceso. Este solo es posible, por los caminos democráticos, a través de una hibridación de todo lo que conocemos como el sistema social venezolano.

Existen 2 fallas fundamentales para que la cuestión funcione en el sistema:

Primero: la existencia de una oposición arraigada a la tradición puntofijista, obligada en muchos casos a acercar su discurso a lo social, incluso robando para ella elementos socialistoides. Posee aún medios de comunicación importantes, aun la mayoría de ellos, que poseen también una audiencia compleja, más que todo capas medias y que no están comprometidas en ningún momento con cambios sociales drásticos. Y por supuesto, apostando por llegar de nuevo al poder por métodos no constitucionales. Por lo tanto, su crítica es ambigua y sin basamentos creíbles. Este panorama está más que claro.

Segundo: la creencia de que Venezuela cambió para siempre. Es válido creer que no hay vuelta atrás, pero falso que el sistema se ha cambiado de fondo. No hay una crítica interna completa, se ve amenazada por la mal llamada obediencia a un solo líder, lo cual es ilógico plantear cuando hay un régimen democrático participativo y protagónico. Si bien hay una estrategia unitaria en las altas esferas del Partido Socialista Unido de Venezuela, la crítica de estas decisiones debe venir de las bases. No puede ser una relación unidireccional. Tampoco solo debe venir de las bases. Debe ser integrada. Los actores políticos deben discutir cuáles son las fórmulas planteadas al socialismo, desde las bases hasta el presidente; pues la sociedad en conjunto es compleja y debe integrar distintas realidades sociales.

Hay un problema aunado a éste, y es que desde los últimos años (del Caracazo hasta el 98) el pueblo venezolano no tiene tradición socialista, no es marxista de nacimiento, pero sí bolivariano y patriota. La revolución empezó cuando ya se tenía olvidada y tomada por fracasada la URSS. Esto no implica que la gente no se haga llamar socialista. La teoría científica no está en la idiosincrasia de la gente. El término es nuevo en esta joven sociedad, pero la propuesta del 2006 es novedosa y hay un acuerdo social para ponerla en práctica. Sin embargo, lo decía, la propuesta del 2006 fue unidireccional, fue un balde de agua fría. Existían sectores que apostaban por un socialismo en el 98, pero no la mayoría.

Tampoco el socialismo es impuesto, por una suerte de “no hay opción a parte de Chávez”. El PSUV que conocemos no existiese si millones no se hubiesen sumado a este ideal. Se tiene una idea bien aceptada y decente de participación y trabajo en comunidad. PERO HACE FALTA PROFUNDIZAR TEÓRICAMENTE. Esto no significa poner en práctica tesis anteriores, sino aprender de los errores de las propuestas socialistas en la historia y contextualizarlas para la realidad venezolana. Ni tampoco dejar a un lado lecturas tradicionales, hegemónicas, capitalistas, incluso aborígenes,.. Ya que la misma historia literaria ayudará a las comunidades a argumentar sobre el proceso socialista.

Se entra en el tema de la ideologización masiva. En verdad no hay peor educación que la ‘no ideología’. Pretender que no hay ideas, sencillamente cosas que ocurren en una democracia representativa donde el sector privado ‘hace feliz’ a una población que goza de productos y un sector publico ineficaz que debe desaparecer. Este es un esquema que es impuesto y es parte de la tradición venezolana. El nuevo y verdadero esquema es cuando cada individuo y comunidad se apropia de su realidad, actúa sobre ella políticamente. Se organizan, se discute, un gobierno de las comunidades. Sin duda esto constituye una espina para los empresarios y para las ‘grandes lacras’ del sector público también. La pirámide ya no es pirámide, sino una organización, puede que también jerárquica, una recostada sobre la otra; semejante a diagramas dibujados en papel cebolla, uno sobre otro... La organización social ya no debiera ser a priori estratificada y con instancias más importantes que otras, donde la base es sometida o tampoco una especie de “dictadura del proletariado”. Debe ser un convenio social donde las comunidades son la célula, las instancias locales facilitadoras y la nación mediadora de esta sociedad diversa.

¿El sector privado? A veces se le quiere ver como la base de la democracia. Muchas veces la democracia representativa se traduce en la dictadura de los privados: un sistema donde nada es asequible para todos, te suprime los valores comunitarios sobre la base de un consumo que nada nutre a los individuos, son esclavos de este consumo y es la ley del más fuerte siempre. El discurso de la propiedad individual, del pequeñito, (bien lo afirmaba Marx y Engels en el Manifiesto Comunista) no es válido cuando la gran propiedad y el entramado de intereses acaban con la pequeña empresa: se crea un monopolio. Como ejemplo de esto es que ninguna gran empresa que mantiene un monopolio en algún área es de propiedad de los trabajadores o de accionistas multitudinarios. Siempre existen familia(s) que mantienen a la gran masa en una dictadura de sus productos, dominados por el medio audiovisual, vendiéndote que tienes que ganar dinero por cuantas vías sea necesario para trascender como ser humano. He ahí el arma del que se vale la gran burguesía capitalista, alegando la ineficacia de un Estado que ellos mismos financian políticamente en muchos casos.

La propuesta de la propiedad social amenaza con este sistema dictatorial. La inversión pública en grandes empresas también, porque le crea competencia en sus productos. Actualmente no se propone una eliminación del sector gran-empresarial. Este ha actuado como una especie de pulpo de intereses sociales, manejando a su antojo las necesidades de la población. Por eso es necesaria una alternativa que sea articulada y que no se intimide por la eficacia capitalista tradicional. Esta, con su poderío, tiene que responder siempre a un interés público y valores humanos. La mayoría de las veces, la sangre individualista, el dinero por el dinero, la empresa por la empresa, las acciones enmarcadas dentro de una mafia impenetrable y desconocida por el pueblo, hace imposible esta utopía de los privados que pregonan mediáticamente para salvaguardar su hegemonía. Si existe un gran grupo empresarial, obligadamente tiene que ponerse a la orden de valores nacionales, sociales, familiares, productos asequibles a gran parte de la población, en salud, educación o alimentación y que incentive a las comunidades a participar sobre la naturaleza que deben tener estos productos. La caída de esta dictadura empresarial (no de la gran empresa en sí pero sí del monopolio) antes mencionada impulsará a su vez el crecimiento de pequeñas y medianas empresas, esas empresas que quieren tocar las cuñas de Asoesfuerzo, con igual responsabilidad social, formando parte de una nueva economía socialista y diversa. Por supuesto, todo esto requiere una legislación eficiente.

La propiedad social ni siquiera será propiedad del estado. Es producto del esfuerzo mancomunado, de las potencialidades colectivas a nivel intelectual y material. El gobierno será el de las comunidades, que rigen su propio destino, mediados económica y políticamente por una realidad local y nacional (alcaldías, gobernaciones, gobierno nacional). Para ello el gobierno debe estimular este protagonismo SIN EXIGENCIAS NI CONDICIONES PARTIDISTAS. Aunque a su vez debe ser el PSUV el primer actor que promueva argumentadamente este gobierno comunitario. Sería una misión de ideologización pero no de partidizacion. Exhibir la idea socialista sin exigir una adhesión al partido. Como lo afirmé, no tenemos tradición ideológica socialista. De esta manera el sistema se irá transformando progresivamente por una discusión y acuerdo social.

Fercho

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