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Un Blog de Edwin "El Bachi" Velásquez - Leal al Comandante Chávez y a Nicolás Maduro por el Socialismo Bolivariano - Delegado del Partido Socialista Unido de Venezuela - Comisionado Estadal de Formación Política de la JPSUV (D.C) - Premio Municipal al Liderazgo y Activismo Juvenil Livia Gouverneur 2012 y 2013 Mención Honorífica Mejor Liderazgo Juvenil - Vivir y Vencer Camaradas - ¡Viva Chávez! ¡Viva la Revolución!

19 de junio de 2010

GUERRA TÁCITA, UNA VISIÓN DESDE MI CASA: Una Guerra en Santa Paz (¿…?)

Estoy tratando de escribir un folleto que recoja la realidad latinoamericana a partir de acontecimientos puntuales que revelan la necesidad que tienen el imperio de acabar con las revoluciones suramericanas que atentan contra su hegemonía capitalista mundial, espero les guste, se llama: "La Guerra Tácita: Una visión desde mi casa" algunas pocas cosas las he publicado en éste blogs, espero no les moleste leerlas de nuevo atte: Edwin L´Bachi Velásquez

Después del Golpe de Estado perpetrado en Honduras por fuerzas militares y de la instalación de las siete (7) bases militares en Colombia, estamos conscientes que la estabilidad de la región está amenazada como ya lo han reseñado algunos analistas, más yo creo que comentarios como estos no deben sorprendernos ni representan algo novedoso, siempre hemos sido advertidos de lo que puede hacer nuestro enemigo más poderoso (el imperio), sería mejor declarar que han logrado desestabilizar a la región que intenta alcanzar los cambios y el progreso que se nos fue negado por mucho tiempo. La amenaza latente se constituyó en una realidad que se perpetró de improvisto aunque siempre hemos sabido que el imperialismo jugará sucio tratando de tumbar las piezas claves en éste juego de ajedrez de la política latinoamericana, poner en jaque al rey se ha vuelto todo un desafío, el cual es interpretado por ellos como el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, quién representa una amenaza latente para el proyecto hegemónico neoliberal que en más de sesenta años no ha podido concretarse sino que por el contrario ha sufrido un revés perdiendo casi todo el control de éste “patio trasero” que se propuso ser libre e independiente y seguir los sueños de nuestros libertadores que añoraban la unidad suramericana.

Es notable que la realidad latinoamericana de principios de siglo XXI no es la misma realidad que se vivía a finales del siglo XX, cuando la amenaza hacia el imperio la constituía un hombre excepcional que por muchos años, a mi parecer, se quedó solo en su tiempo y aún así llevó a cabo una revolución heroica, a tan solo 90 millas de distancia de los Estados Unidos, que le demostró a la historia que si bien éste David que lanzó su piedra a la cabeza del gigante no pudo contra Goliat, Goliat con todo y su fuerza imperial tampoco pudo derrotar a David y he allí su heroicidad, por supuesto que me refiero a Cuba y a su líder Fidel Castro Ruz, quien decidió entregar su vida a una compleja y dispareja batalla que ha trascendido en el tiempo y que sobrevivió a las constantes perturbaciones a la que fue sometido el pueblo cubano, resistiendo todo un bloqueo inmoral e inhumano ordenado y consumado por los Yankees, y que hoy aún vive en revolución, en pie de lucha para ver cómo el Imperio más poderoso de los tiempos modernos se derrumba al mismo tiempo que la región más sometida a las perversiones imperiales se levanta cada vez más unida y firme.

Para Cuba no ha sido poca cosa sobrevivir a los tiempos de Guerra Fría, llevar a cabo un régimen socialista en aquella época, como ya es bien sabido, era un crimen y se pagaba con la vida, ejemplo de ello es el caso del presidente chileno Salvador Allende, e insinuar planteamientos reformistas que impactara en los intereses económicos de la nación beneficiando al pueblo fue algo que muchos otros no pudieron llevar a cabo porque constituían una amenaza a los intereses de las transnacionales estadounidenses tal y como fue el caso del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, quién no mantenía una ideología marxista sino que por el contrario secundaba al capitalismo, más su fatídico error fue el de promover una reforma agraria que pretendía minimizar el latifundio (ni siquiera erradicarlo), cosa que los Estados Unidos no perdonaron concretando un golpe de Estado que lo sacó del poder en 1954.

Declarar que han logrado desestabilizar a la región es a su vez declararnos en guerra, es necesario que los pueblos entiendan que la rebelión popular no debe limitarse únicamente a Honduras, sino que nuestra respuesta al imperio debe ser clara haciéndoles entender que no estamos dispuestos a soportar un retroceso más, podrán sacar a nuestros gobernantes pero no podemos garantizarle paz al continente si esto llegase a suceder.

Lo que pasó con Honduras no puede volver a repetirse, ya soportamos los embates de la “Operación Cóndor” que significó el ejecútese de un terrible plan de combate contra todo lo que representase al marxismo en nuestro continente; no queremos más guerras, bien bastó con la cruenta invasión a Panamá, con los 12 años de guerra civil en El Salvador, no queremos más gobiernos dictatoriales y por ello debemos estar dispuestos a la batalla, ya nos bastó con 35 años de terror y persecución en Paraguay, con los 32 años de dictadura militar en Guatemala, con más de 40 años de gobierno de los Somoza en Bolivia, con 17 años de aguda oscuridad en Chile, con los 21 años de dictadura militar en Brasil, con las continuas dictaduras en Argentina, con los 40 años de falsa democracia en Venezuela y con todos los regímenes autoritarios que se implementaron entre mediados y finales del siglo XX en el resto del continente, todos avalados, financiados y ejecutados por los Estados Unidos en el marco de la “Guerra Fría” y en la figura de la “Operación Cóndor”, “Operación Colombo” y todas aquellas perversiones que dejaron como resultado el genocidio más cruel y terrible del Cono Sur.

En los militares hondureños se ve la más despreciada y desprestigiada formación que implementó la famosa “Escuela de las Américas”, organización estadounidense que se encargó de proporcionar instrucción militar adoctrinando a miembros de las Fuerzas Armadas de al menos 23 países suramericanos “con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría…” utilizando técnicas de tortura, ejecuciones, extorsión y chantaje para lograr sus objetivos a favor de las políticas imperiales de los Estados Unidos.

El caso hondureño nos revela lo que para muchos podría significar la vigencia de la Guerra Fría que yo redefiniría como la Guerra Tácita, la cual no está oficialmente declarada pero sabemos que existe, está allí la amenaza imperial, la participación de los Estados Unidos a través de la CIA y el Departamento de Estado ha sido una realidad en todas las irregularidades y crímenes que se han perpetrado en nuestro continente, pero también es una realidad que los tiempos de Guerra Fría quedaron atrás con la caída de la Unión Soviética en 1989 y sus consecuencias en los 90, eran tiempos en donde el poder mundial se los disputaban las dos más grandes potencias de mediados del siglo pasado pero hoy es distinto, las banderas del socialismo han sido retomadas por países pequeños que anteriormente no constituían amenaza alguna contra el imperio norteamericano, para nadie es un secreto que Venezuela ha tomado la batuta de una revolución democrática y de la construcción de un nuevo sistema que abarque los aspectos económicos, políticos y sociales dentro de un gobierno popular que adaptado a los nuevos tiempos se configure en un nuevo sistema que el presidente Chávez ha denominado “El Socialismo del Siglo XXI”, contrario a las políticas estadounidenses que se presentaban en la aprobación del Tratado de Libre Comercio figurado en el ALCA a principios del año 2000, desde entonces Venezuela se propuso desmontar y demostrar las perversiones del sistema imperial que se habían fijado para Suramérica con la imposición del “Consenso de Washington”, que bajo el pretexto de impulsar el desarrollo económico de los países de la región con propuestas que supuestamente pretendía hacerle frente al problema del subdesarrollo, solo buscaba afianzar el modelo capitalista que beneficiaría al capital extranjero y a las figuras de monopolización y privatización como salvación de la economía de las naciones latinoamericanas, dejando de lado la equidad, los principios de competitividad de mercado y salvaguardando los intereses transnacionales, resultados que pudimos apreciar en el gobierno de Carlos Andrés Pérez que se encargó de ejecutar los planes neoliberales que exigía dicho consenso con la privatización de la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV) en 1992; con el colapso del sistema financiero venezolano que provocó la quiebra de casi una veintena de entidades bancarias en el año 94, además del desmantelamiento de la aerolínea venezolana VIASA que bajo el pretexto de su privatización fue traspasada a una empresa de nacionalidad española, eso sin contar con las condiciones impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que requería el aumento del precio de la gasolina, la devaluación de la moneda, la congelación de salarios, la liberación de precios de la canasta básica, entre otras medidas neoliberales que no solo se implementaron en Venezuela sino en varios países del continente, es por ello que siempre fiel a los principios bolivarianos y cansados de tantos atropellos Venezuela se propuso establecer un proceso liberador que más tarde Rafael Correa catalogaría como “un cambio de época”.

Estados Unidos ha visto a Chávez como el factor más peligroso de la región, como manifesté anteriormente es considerado la pieza clave del tablero de ajedrez de la política latinoamericana, más sus planes de ofensiva han resultado en reveses que han llevado a rediseñar los planes estratégicos de ataque a las revoluciones que se llevan a cabo en el continente, no ha sido casualidad los múltiples intentos subversivos por derrocar a Chávez en reiteradas ocasiones, tampoco ha sido producto de la casualidad los climas de violencia y caos que afectan directamente en el ámbito político, económico y social que a veces, parecieran ser insostenibles pero la voluntad del pueblo ha reiterado en múltiples ocasiones su apoyo fiel e incondicional al líder de la revolución bolivariana. Es por ello que ésta Guerra Tácita empleada por Norteamérica ha perpetrado un golpe de estado contra el pueblo hondureño y cínicamente han catalogado éste hecho como un golpe a Chávez, develando sus profundas y oscuras intenciones de sacar de la escena política al presidente venezolano, sin percatarse que la autodeterminación del pueblo hondureño no es algo que compete a Chávez directamente, más la burguesía internacional sigue celebrando y creyendo que la revolución bolivariana ha perdido a una de sus piezas claves, ignorando que a éstas alturas no hay poder que detenga el proceso revolucionario de Latinoamérica.

No conforme con ello debemos acceder a un panorama amplio para poder comprender lo que sucede en Suramérica, durante años hemos sido víctimas de los embates de las potencias con aspiraciones de expansión imperial, nunca hemos podido estar tranquilos, España, Portugal, Inglaterra, Francia e incluso Holanda, se lanzaron a la aventura perversa de la conquista y lograron obtener algunos territorios que en la actualidad, son, en su mayoría independientes.

Hoy la lucha es contra el imperialismo norteamericano, su pretensión es la de recuperar el control de nuestras soberanías para sus intereses: dominar al mundo, seguir implantando el sistema capitalista y garantizarse para sí un potencial natural y energético que ellos no poseen, es decir, en ésta parte de la región tenemos el 50% de las selvas tropicales del mundo, el 70% de la biodiversidad del planeta, el 26% de agua dulce de la tierra, y las reservas más grandes de gas y petróleo de todo el planeta tierra, lo cual convierte a ésta región en una gran potencia que abre el apetito imperialista de muchos.

Para tener una visión general latinoamericana es necesario profundizar ciertos aspectos de nuestra realidad y cómo en el continente y fuera de él, el imperio ha movido sus piezas del tablero de ajedrez, intentando poner en jaque a los procesos revolucionarios liderados por los pueblos más pobres del continente, aprovechando cualquier descuido, cualquier espacio porque entiende que no se puede perder el tiempo cuando se está amenazado, es una cuestión de guerra, quien golpea primero golpea dos veces y sin embargo tiene probabilidades de que también lo golpeen, pero quien golpea siempre tiene el chance seguro de que no lo golpeen.

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